Anteiormente hablamos de la maduración cognitiva del adolescente, que se divide en diversas etapas según la teoría de Jean Piaget. Sabemos que nuestro adolescente ha entrado en la etapa en la que puede procesar información de una manera más amplia dandole diversos significados a la misma pero... ¿cómo aprovecho eso para ayudarlo a mejorar su capacidad de razonamiento?
En ocasiones, los adultos tendemos a ver al adolescente con una luz distinta a la de un niño. Aunque es cierto que ha comenzado su etapa de transición, no hay que olvidar que este cambio no se da de la noche a la mañana y que por el contrario dicho desarrollo lleva lugar paulatinamente.
Una vez establecido eso, mi primera recomendación para padres y maestros es la siguiente:
1. No asumas que tu adolescente no sabe nada. Recordemos que el ha pasado ya por seis años de formación elemental, por lo que, una vez llegados a la educación secundaria debemos indagar el conocimiento previo de nuestros alumnos y partir de allí. Esto le dará al adolescente un sentido de seguridad, pues estará enfrentandose a contenido ya conocido. Sin embargo, conforme pasen las sesiones, se irá dando cuenta como el nivel de dificultad cambia y como los contenidos de distintas asignaturas están interconectados.
Ahora un ejemplo.
Ímaginemos que tenemos en una mesa un tomate, una cebolla, un ajo y un chile serrano y en la escuela primaria al alumno se le enseñó que combinando esos ingredientes obtenía una salsa. Esto es conocimiento que ya tiene. Ahora, en escuela secundaria, el maestro le muestra un pico de gallo. El alumno puede o no entrar en pánico ante lo desconocido. Sin embargo, si nos tomamos el tiempo de mostrarle al adolescente que él ya conoce los elementos aunque el procedimiento sea diferente podemos fomentar el pensamiento ciéntifico, ya que él se puede dar cuenta que agregando o quitando ingredientes puede formar nuevos tipos de salsas.
2. Asegurate de que el nivel de dificultad es el adecuado para tu adolescente. Este punto es de vital importancia, ya que una actividad muy dificil puede abrumar al estudiante, sin embargo, algo muy por debajo del nivel y nos arriesgamos a perder su atención debido al aburrimiento. Es trabajo tanto de padres y maestros mantener las cosas interesantes a un nivel que el alumno pueda manejar.
3. Fomenta su curiosidad. No hay nada más bello en el aula que un alumno motivado y participativo. Para ayudar al alumno a que ese impulso no muera, hay un ejercicio muy sencillo. No le des todas las respuestas. Invítalo a investigar, no te arrepentirás.
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